Gerardo Lizárraga nació en Pamplona en 1905. Se inició como pintor en el estudio de Javier Ciga. Su padre, un abogado llamado Eugenio Lizárraga, llegó a ser teniente alcalde de la ciudad a principios del siglo XX y escribió algunos libros como su Catecismo del Ensanche en el que proponía que una parte de las murallas de la pequeña ciudad en la que vivían, y que entonces tenía 30.000 habitantes, debía destruirse para permitir el crecimiento y la modernización de Pamplona.
La Tierra vista desde Marte, es otra de las obras que escribió, analizando la política y la realidad social de la época. Eugenio Lizárraga acudía a París con frecuencia para asistir a la ópera o para reunirse con el músico Pablo Sarasate, amigo personal y de cuyo testamento se encargó personalmente. La infancia de Gerardo Lizárraga transcurre en un ambiente culto y acomodado. Estudia en el Colegio de los Maristas de Pamplona, acompaña a su padre en algunos de sus viajes a París y en 1924 decide hacer realidad sus deseos de convertirse en pintor.
Tras ingresar en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado (Academia de San Fernando) en Madrid se traslada a esa ciudad acompañado por Pedro Lozano de Sotés, otro pintor local con el que compartirá alojamiento. Entre los profesores que años después el propio Lizárraga recordará se encuentran Cecilio Pla, Moreno Carboneto, Manuel Benedito, Julio Romero de Torres, Manuel Marín Magallón y Rafael Domenech. Sus compañeros son Julio Briñol, Elena Goicoechea y Pedro Lozano de Sotés. En la Escuela conoce a Francis Bartolozzi, Adela Tejero, Pilar Gamonae, José Luis Florit y Remedios Varo.
Gerardo Lizarraga, Pedro Lozano de Sotés y Leocadio Muro Urriza comparten piso en Madrid. En 1925 participa en una Exposición Internacional de Artes Decorativas en París, en representación de la Escuela de San Fernando. Sus éxitos académicos se multiplican y en 1927 Anita Pallares, Juan Mingorance y Gerardo Lizárraga reciben una beca para pintar en una zona de alta montaña en el Centro de Patinaje Peñalara. Con las obras que realizan en ese lugar se organiza una exposición apadrinada por Alfonso XIII en la que Gerardo Lizárraga obtiene un importante reconocimiento sobre todo por su obra La ventisca.
En 1928 varios de sus paisajes pueden contemplarse en una exposición organizada por el Ayuntamiento de Pamplona. Ese año obtiene una beca para ampliar estudios en Paris durante dos años. En 1930 un cartel suyo anuncia las Fiestas de San Fermín.
Tras terminar sus estudios y haber disfrutado de varias becas para estudiar en El Escorial, Toledo, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Valladolid, León y Galicia, se va a París con una beca de la Diputación Foral de Navarra. Allí permanece un par de años y, además de pintar, funda la casa de publicidad Office International de Publicité y Edition y realiza escenografías para tres producciones de Films Neullyi, así como varios murales.
En 1930 se casa con la pintora Remedios Varo, a la que había conocido en la Escuela de San Fernando, en San Sebastián donde ella tiene familia. Con ella viajará también a París y finalmente se asentarán en Barcelona. En 1931 realiza escenografías para los ballets de Vicente Escudero en Salle Pleyel y un año más tarde ocupa el cargo de subdirector artístico de Walter Thompson.
Tras varios años de convivencia en 1935 se separa de la pintora Remedios Varo, quien se irá a París con Benjamin Péret , el poeta surrealista, en 1937. Unos meses antes, tras estallar la guerra civil, Lizarraga, que en aquellos momentos se encontraba en París, decide regresar a Barcelona y se alista como voluntario convirtiéndose en activo defensor de la Republica. Es nombrado profesor de Artes Plásticas en la Escuela Unificada de la Generalitat de Catalunya. Realiza la escenografía y el vestuario para la ópera “Pedro Mari, canción de libertad”, funda la compañía de cine “Ediciones Antifascistas” para la que realiza varios guiones así como las labores de dirección y montaje de cortometrajes como Tejados de Madrid, Un periódico Mural, Hoy hace un año. En ellas trabaja como asistente del realizador Manuel Ordoñez de Barraicúa. En 1938 participa en la película surrealista Don Do re mi fa si la si do de José Fogués, en la que además de escenógrafo y codirector trabaja como actor.
En Barcelona, en esa misma época, participa en la creación del Sindicato de Dibujantes en el que llegaría a haber casi dos mil afiliados. Durante los años en que vive en Barcelona, participa en algunas exposiciones en Bilbao (II Exposición de ArtistasVascongados) y en Pamplona (en una muestra colectiva organizada por el Ateneo Navarro.
Junto a Manuel Ordóñez de Barraicúa, con el que había realizado varios cortometrajes, emprende el proyecto de llevar al cine La Torre de los siete jorobados, de Emilio Carrere. Realiza maquetas y diseños para la película.
En enero de 1939 Gerardo Lizárraga se refugia en Francia donde es recluido en el campo de Argelés sur Mer. Desde allí, a pesar de las difíciles condiciones de vida, sigue trabajando en el proyecto de La torre de los siete jorobados, a través de una incesante correspondencia con los responsables de la productora.
Gerardo Lizárraga pasará por los campos de Argelés, Agde y Clermont Ferrand. Durante los primeros meses de 1939 periodistas y corresponsales de medios de comunicación internacionales siguieron lo que se llamó la Retirada, el paso de casi medio millón de personas por la frontera de España a Francia y su posterior reclusión en los campos franceses.
Entre los fotógrafos que cubrieron la noticia se encontraba Robert Capa o Chiki Weisz, responsable de la célebre maleta mexicana recientemente recuperada con miles de negativos de Capa y Taro. Los noticiarios de todo el mundo se hicieron eco de aquellas informaciones. Curiosamente las cámaras de fotógrafos y cineastas se detuvieron en la imagen de un hombre que se encontraba escribiendo apoyado en la ballesta de un coche. Era Gerardo Lizárraga. Estas imágenes darían la vuelta al mundo, igual que las de tantos refugiados anónimos que llenaban los campos. Sin embargo en París, Remedios Varo tuvo la oportunidad de ver aquellas imágenes y descubrir que Gerardo estaba vivo en el campo de Argelés sur Mer. La pintora pidió al proyeccionista el fotograma donde se podía ver a su primer marido, ahora recluido en un campo de concentración.
De la vida en los “campos” existe importante documentación. Gerardo Lizárraga dejó constancia de su paso por los mismos en la elaboración de decenas de dibujos. Muchos de ellos son de marcado carácter surrealista. En Argelés se montó una exposición colectiva con trabajos de artistas recluido allí entre los que se encontraban los de Lizárraga. El artista reconoce que quizás esa sea la parte “más fuerte e importante” de su producción artística.
En 1940, tras su traslado a Clermont Ferrand, un campo de reclusión con unas condiciones de vida menos duras, participa como técnico dibujante en una excavación arqueológica. Para entonces la segunda guerra mundial ya ha comenzado, y miles de personas empiezan a escaparse de las zonas ocupadas en Francia. Marsella se convierte en un lugar de encuentro para cientos de intelectuales de todo el mundo.
Gerardo Lizárraga y Remedios Varo volverán a coincidir en Marsella a su salida de los campos. En 1941 ella y Péret, tras sortear innumerables inconvenientes, lograrán embarcarse rumbo a México. Lizárraga todavía tendrá que esperar para viajar a América, y su destino será también México. Varo y Péret embarcan en el Serpa Pinto y coinciden en el viaje con Chiki Weisz, el fotógrafo que había fotografiado a Lizarraga en Argeles.
Lizarraga viaja en un barco llamado Nyassa que partió de Casablanca y llegó a Veracruz el 22 de mayo de 1942. Durante la travesía realizó carteles para algunas de las actividades culturales que se celebraron.
A su llegada a México entra a formar parte de distintos organismos culturales, entre ellos el Centro Vasco. En 1945, junto con otros refugiados, funda el Círculo de Bellas Artes de México, del que llegaría a ser presidente y participa en varias exposiciones, entre ellas una colectiva con Bardasano, Mingorance y Devaux. Años más tarde será también miembro fundador del Ateneo Español, y organizará varias exposiciones.
En la capital mexicana es miembro fundador junto a Jacinto Lasa, Miguel Alegría, Jaúregui y los hermanos Regueiro, de la Sociedad Gaztelupe, donde era conocido como “Pinceles”. Hasta el final de la segunda guerra mundial realiza, junto con Remedios Varo y Esteban Francés, una serie de maquetas para la Oficina de Propaganda Aliada.
En 1946 asiste a la boda de Chiki Weisz, el hombre cuya fotografía pudo salvarle la vida en Argelés. En la imagen de la ceremonia aparecen junto a los novios, Gerardo Lizárraga, Remedios Varo, Benjamin Péret y José y Kati Horna, Gunter Gerszo y Miriam Wolf.
A finales de los años 40 se casa con Ikerne (PresentaciónCruchaga), una fotógrafa de origen navarro con la que tendrá dos hijos: Amaya y Xabier. La familia se traslada durante algún tiempo a Acapulco donde viven de la pintura y de la fotografía.
En 1957 Gerardo Lizárraga participa como asesor técnico y director artístico para la 20th Century Fox en su película The Sun also Rises, basada en la novela de Ernest Hemingway “Fiesta”, dirigida por Henry King. La historia transcurre en la ciudad natal de Lizarraga, aunque se rueda en Morelia.
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