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Gerardo Lizarraga nació en Pamplona en 1905. En 1930 se casó en San Sebastián con Remedios Varo, una de sus compañeras en la Escuela de San Fernando y una de las pintoras surrealistas más relevantes del siglo XX.
En 1939 se convirtió en una de los miles de personas que cruzan la frontera y buscan refugio en Francia. Gracias a esta imagen, aparecida en un noticiero en París, Remedios descubre que Lizarraga se encuentra recluido en Argelés. Tras la proyección le pidió al proyeccionista un fotograma de la película y reprodujo la fotografía.
Durante su estancia en los campos realizó una importante colección de dibujos. En ellos aparecen imágenes oníricas, hombres enganchados en alambradas sobre la arena de la playa, animales misteriosos… Aquella fue su etapa más surrealista.
En 1938 participó como ayudante de dirección y como actor en un proyecto titulado Don Do Re Mi Fa So La Si Do de José Fogués. Se trataba de una película realizada en los estudios Lepanto de Barcelona. Fue el único musical que se hizo durante la guerra civil. El protagonista era “un hombre imaginativo y apasionado por la música que trata de cultivarla en todas sus formas». En numerosas publicaciones especializadas se habló de su estreno inminente. Pero Don Do Re Mi no tendría cabida en su propio país. Era un personaje demasiado imaginativo y apasionado para el lugar y el tiempo en el que había nacido.
La Torre de los siete jorobados, fue otro de los proyectos truncados. Algunos de los dibujos de Lizarraga, que aún se conservan, muestran la similitud entre su trabajo y las escenografías que aparecen en la película de Edgar Neville que dirigió esta obra de Carrere, años más tarde.
En 1957 Gerardo Lizarraga participó en el rodaje de una película: The Sun also Rises de Henry King. Basada en una novela de Hemingway (“Fiesta”), una parte de la acción transcurre en Pamplona durante los sanfermines. Lizarraga pintó numerosos cuadros para la película.
Cuando tenía más te setenta años, y tras una enfermedad que le impedía pintar, Lizarraga volvió a recuperar sus dibujos de los campos y escribió de su puño y letra un comentario sobre cada uno de ellos.